Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2014

Selva o isla, esa es la cuestión.

Imagen
¡Es tan difícil encontrar el punto justo para corregir sin cabrear al corregido, que al final se nos han subido a la chepa y nos están pataleando a la voz de «arre, arre»! Sí, son muchos años ya tratando con gente. Lo que en principio decía —cuando era una adolescente sin experiencia—, que me encantaba, «el trato con la gente», ahora lo he llegado a detestar. A veces, cuando no circulo por Madrid y espero a que el semáforo y el atasco me dejen continuar mi camino, me fijo en esas oficinas y envidio a todos los que allí trabajan. Gente encerrada en pequeños cubículos, con un ordenador y que probablemente se pasan horas y horas, enfrascados en su trabajo sin hablar con nadie. Me encantaría tener un trabajo así. Y soy sociable, bastante, los que me conocen pueden dar fe, pero el trato hospitalario ha golpeado, aturdido y aplastado mis ganas de socializar. Para que me entendáis mucho mejor, os voy a describir varios perfiles que hay en nuestra selva, y que están logrando que fantas

Conmoción

Imagen
Así fueron los hechos: 22:10. Camino después de una dura jornada hacia el parking, charlando con mi compañera. Hablamos sobre… (no es relevante). Un coche pasa a nuestro lado y cuál es mi sorpresa que reconozco al conductor. Él a mi también. Frena. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Es un ex compañero que pasó a una vida mejor (otro servicio). —¡Pero bueno! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal te va por aquel servicio? (tampoco es relevante) —exclamo. —¡Genial! ¿Y por allí? ¿Cómo sigue? —pregunta por cortesía; ya sabe que mal, por eso se fue. Establecemos una usual conversación sobre los cambios en nuestras vidas y después vamos al tema que nos interesa: chismorrear sobre la planta. Le hago un leve resumen de los cambios, de los que él estaba más o menos al tanto, y nos comenta que él conoce a uno de los que han ido a caer allí. —¿Y de qué le conoces? —le pregunto curiosa. —Pues era de mi pandilla, ¿por qué no voy a conocerle? —También es verdad —bromeamos mi compañera y yo.

Chirigota del supervisor.

Imagen
Divagando por internet, que soy yo mucho de estas cosas, me he encontrado con una chirigota curiosísima. No es que yo esté totalmente conforme, qué va… con lo que admiro yo esa figura laboral, yo nunca podría ejercerla con lo desastre y desordenada que soy. Pero como acaba de terminar el carnaval, y no había escrito nada en referencia, pues ahí va esta chirigota dedicada a nuestros superiores. Música: De mayor quiero ser mujer florero. Ella baila sola. Compositor:  ¿¿¿???? De mayor quiero ser supervisor, metidito en mi despacho te espero yo. La bata blanca bien planchada, me da presencia y un plus en la paga. De mayor quiero ser supervisor y ver curar al inferior Desayunar toda la mañana, ¡vengan cafés, vengan tostadas! Y aunque poco veo a mi personal, se que están, corriendo irán. Es mi sueño, vacío el despacho. Es mi sueño, planillas sin cambios Es mi sueño, que no falte personal Que pidan poco y sonrían más. De mayor quiero ser supervisor, poner

¿A dónde vas con esos leggins?

Imagen
        Ya decía yo que la cosa estaba muy tranquila. Aunque no os lo creáis, llevo desde el lunes trabajando y no tenía nada que contar. Estaba empezando a tener sudores fríos nocturnos —cosa más que extraña valorando el gramaje de mi edredón nórdico—, me veía clausurando el blog, despidiéndome de vosotros, de mis “ami-lectores” que tan feliz me hacéis con vuestros cientos y cientos de comentarios —es ironía, no ponéis nada ¡cacho vagos!          Jueves 19.30          Nuestra compañera de Jerez se nos acerca con cara de circunstancias al mostrador donde mi compi con habichuela y yo tecleábamos en el ordenador.          —Chicas, ¿habéis visto a una mujer que va por las habitaciones?          —¿Ehhhh? —contestamos las dos extrañadas.          —Esperad —la diplomada jerezana regresa a su control a discurrir con un familiar.          —Se habrá desorientado alguna abuelilla —comentamos las dos y reanudamos el tecleo.          Al minuto regresa, otra vez con la misma cara, y