Entradas

Mostrando entradas de junio, 2014

No hay manera

Imagen
Hoy de nuevo toca imaginar. Necesito tirar de todos mis recursos para dar con este enigma, con este rompecabezas que me taladra día sí y día también y ni lo resuelvo, y lo más grave, ni lo intento. He aquí…          Pongamos a imaginar que mi cerebro es una lechuga, bueno igual me he pasado de grande, reduzcámoslo a una cebolla; sí, mejor, me pega más, puesto que soy una llorona. Pues, en mi cebolla hay muchas capas, un montón, pero yo siempre he presumido de mi capita del sentido común,   de la de la responsabilidad, de la de mi decisión y mi arrojo (excepto con temas de mecánica, que soy un zote). Desde pequeña fui consecuente, crecí en una familia humilde y supe que para labrarme un futuro (y que me diera la paga mi padre todos los viernes), tenía que estudiar. Y así fue. Siempre aspiré a sobresaliente, hasta que vi que mi cebolla no daba para más, en concreto con la física de COU y en la carrera, pero siempre estudié para lograr la mejor nota. Jamás, y lo digo bien alt

¡Qué no, que no estoy viendo el mundial!... Un poco solo.

Imagen
Que ya sé que os tengo un poco abandonados, pero no es porque ande firmando libros como loca (en la feria firme 6, ¡ya ves tú!), o porque no me pierda ni un partido del mundial, que alguno cae y esta noche pienso hacerlo, o porque esté estudiando como una loca la odiada, odiosa, y malquerida oposición (por mí, compañeros, no os preocupéis, mi plaza es vuestra, como máximo me aprenderé las vacunas por amor propio)… No he estado activa porque me ha tocado ver la historia desde el otro lado (merecido lo tengo), y he sido intervenida, postoperada, he pasado un día en reanimación y cuatro en planta… así que hoy la cosa va a ir por otro derrotero. No os lo perdáis.          Pre-antes de la operación: Me tiro tres días con dieta pobre en residuos ( buajjj) y el día de antes, con soluciones que te hacen ir al baño a cada pestañeo. Impresionante la de líquido que expulsé, más que nada, porque tengo un pasillo muy largo y me pegué unos sprints que ni que perdiera un avión.          Ant

YO NO QUIERO SER «ESA ENFERMERA».

Imagen
Yo no quiero ser «esa enfermera». Tampoco quiero ser la mejor, ni las más docta, ni la más amable, ni la más eficiente; lo que sí sé es que no quiero ser «esa»…          Ésa que cuando falleció mi abuela administro solinitrina sin bomba de perfusión y sin dirigirnos la palabra, saltando a la vista que andaba cabreada porque el médico se lo había pedido urgente. O ésa que no hizo ni caso a mi madre cuando la operaron por primera vez  y como respuesta (involuntaria, pero merecida) a su desdén, mi santa progenitora la vomitó enterita. Ni tampoco ésa que este viernes abochornó a nuestra profesión con su desprecio más que perceptible por un paciente de 32 años, paciente que a las pocas horas falleció. La hermana de esta vida que ha desaparecido, compañera de profesión, lloraba incrédula e impactada por la perdida de su hermano. Imaginaos el discurso: errante, conmocionado, tremendamente triste, en el que las palabras se veían desplazadas por las lágrimas en tantas ocasiones. Al relatarno