15 enero. Donde hay patrón no manda marinero.



        ¿Os acordáis del barquito ese pequeñito que no sabía navegar? (intentad no cantarla o os taladrará durante unas horas)… ¿Recordáis qué le pasó al barquito a las semanas? Sí, ¿verdad?, que navegó… Y si os digo que nuestra planta es como aquel navío, que flota por los mares porque es su cometido, pero sin saber hacerlo, a la deriva, porque nadie dirige el timón. Pues así es… llevamos ya cerca de un año sin supervisora (cómo os lo cuento).
         La historia se remonta a hace nueve meses, cuando nuestra capitana de siempre, decide dar un giro a su vida, y se baja a supervisar otra planta. El puesto de capitán se lo endilgan a una supervisora de otro servicio, en el que por lo visto vivía feliz como una perdiz, y le sienta la noticia tan mal, tan mal, que en estos nueve meses no ha aparecido por aquí. Justo se dislocó el hombro y creo que le han tenido que instalar un brazo robótico, y ya de paso se habrá hecho retoques en la nariz, pómulos, hemorroides… no sé, tiempo, desde luego, la ha dado… (bien, Irene, haciendo amigas).
         Cuando estaban organizadas las trincheras, e iba a comenzar un motín, los Dioses de la gerencia decidieron que viniera a suplirla un santo varón. Un capitán de un crucero, capitán de siempre, pero de crucero… y a pesar de sus intentos de reorganizarnos, a pesar de su disponibilidad, y de su saber estar, al finalizar, probablemente, el peor verano laboral de su vida, agarró su maleta y dijo: ¡Me vuelvo a mi crucero! ¡Esto es una merienda negros!
         Y entonces nos presentaron a una suplente (de la del brazo robótico), que se haría cargo del timón hasta que la susodicha se incorporará. Una capitana con artes más que evidentes, con talento, y con ganas de navegar… ¿Estábamos ya contentas? No ¿Por qué? Vete a saber… Quizá quisimos cambiar todo de golpe, quizá al ver que nuestra patrona tenía muchas ganas, la exigimos demasiado, quizá somos una flota enrevesada y maltrecha, quizá nunca nos conformaremos… El caso es que en tres meses los Dioses de la gerencia sí que valoraron sus aptitudes y nos la han robado para ser jefa de capitanas.
         Y volvemos al puerto de partida, tiritando de frío, y de aburrimiento y con las mismas preguntas del principio: ¿Ahora quién vendrá a intentarlo? ¿Cuánto nos durará? ¿Podremos con él o ella?
         Acepto que somos una planta complicada, creo que toda la flota lo acepta, pero Dioses de la gerencia, lo que estáis haciendo con nosotras no ayuda en nada. Estamos mareadas, confusas y un pelín cabreadas. Por cada día que pasa sin que está situación se solvente, la desgana, el desorden y el malestar crecen. Necesitamos un patrón, con urgencia y definitivo, para organizar a los marineros.
         Dicho queda, ahora sólo me falta cruzar los dedos para que no se cumpla lo que dice la canción: Y si esta historia os parece corta, volveremos, volveremos a empezar…


Irene Ferb
          

         

Comentarios

  1. Bienvenida a bordo de este transatlántico que es el mundo 2.0. Estoy segura que vas a navegar muy bien por estos mares. Se agradecen estas historias bañadas de realismo puro y duro y sin pelos en la lengua. Un saludo desde chupetetiritapintalabios.blogspot.com y comunidaddecuidados.com

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    1. Gracias Ana Belén. Harta de todas las cosas que suceden a mi alrededor hospitalario, y gustándome escribir como me gusta (mi primer novela sale el 5 de febrero... ¡Aysss!), se me ocurrió contarlo y resulta que estoy encantada. Me lo estoy pasando genial; ahora cuando un familiar o un paciente grita, se queja, o nos incomoda, pienso: Tú vas a salir en el blog...

      Un saludo y ya te sigo.

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  2. https://www.facebook.com/chupetetiritapintalabios?ref=hl

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  3. Querida marinera por un momento me habías asustado con ese titulo, me han contado muchas veces que en muchos mares y grandes océanos hubo un Gran Capitán (no precisamente el del queso) sino uno que le encantaba decir eso de….. aquí se hace lo que yo digo porque; “DONDE HAY PATRON NO MANDA MARINERO”, en ese tiempo los marineros no eran felices no podían hablar, ni cantar, ni pensar, ni leer, ni escribir ni……. y mucho menos las marineras, pero había un gran numero de navíos donde la flota estaba muyyyy pero que muyyy contenta ellos no sabían hablar, no tenían capacidad para pensar, no sabían leer, ni otras muchas cosas, pero eran felices porque su gran capitán les hablaba para dirigirles y ellos solo tenían que obedecer……… tirate un pedo decía el gran capitán y raudo y veloz el marinero se masajeaba su barriguita y “pum, pum, requetepum” lo he hecho bien , siiiii muy bien respondía su capitán………… Por suerte un día el Gran Capitán murió………………………!!!! o no que pudo ocurrir, se reencarno, se escondió, se fue de vacaciones a otro país y ahora volvió ???.
    Creo que no que ese que decía “DONDE HAY PATRON NO MANDA MARINERO” ya no volverá y si lo hace querrá irse corriendo porque sus marineros han aprendido a leer, hablar, pensar………. Ahora su gran capitán es otr@ que les escucha, les ayuda a elegir lo mejor para tod@s, es equitativ@, just@, human@, inteligente@, alegre,……………… en fin tod@s suspiran por estar en su nave.
    Un besito intrepida marinera y cuidado con los piratas

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    1. Jajajaja... ¡pum, pum, requetepum! (¿Por qué nos seguirán haciendo gracia esas cosas?). ¡Ah! ¿Por qué no escribes un blog? ¿Tú te has dado cuenta del talento que tienes? (deja ya la NANDA que te lo tengo dicho...)

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